Ver en PDF (A5) Descargar PDF (A4) Descargar EPUB

 

Ver las
cosas creadas
en relación
a Dios

Sobre el desprendimiento y la pobreza

Año Santo de la Misericordia

Colección +breve
Más títulos en masclaro.org/+breve

Lo que enriquece nuestra vida

Hace años había menos adelantos, pero la vida era más sencilla. La práctica de la virtud del desprendimiento era más fácil. No había grandes centros comerciales que provocaran urgentes demandas y necesidades artificiales.

Gran parte de nuestra ambición tiene sus raíces en la pereza. Potentes máquinas de segar césped, cocinas y lavadoras automáticas, televisores de control remoto, puertas de garaje con célula fotoeléctrica: estas cosas ahorran tiempo y energía.

La cuestión -de todas maneras- es si estamos utilizando nuestro agobio de tiempo y nuestra energía en algo constructivo; si estamos enriqueciendo nuestras vidas con un servicio mayor a Dios y al prójimo

El orgullo puede llevar a la ambición tanto como la pereza. La nuestra es la era del símbolo del «status». No se pescan más peces en un yate que en una lancha fueraborda, pero el yate satisface a su dueño mucho más. Una vivienda confortable puede encontrarse en una zona antigua, pero «un buen barrio» también es importante.

La publicidad basa cada vez más su poder de atracción en presentar algo como «snob». Esto nos mueve a preguntarnos por qué estamos tan ansiosos de parecer mejores que nuestros amigos y vecinos, tan ansiosos de hacer que los demás sientan envidia. Quizá nos estamos sometiendo al simple orgullo.

El consumismo

 

Ciertamente, no somos coherentes con nuestra vocación de cristianos si nos dejamos llevar por la ola de consumo que arrastra a nuestro alrededor

  • Bienaventurados los que conservan su libertad de hijos de Dios y se niegan a ser esclavizados por las cosas.
  • Bienaventurados los que se contentan con el confort y la comodidad ordinarios de la vida y no se sienten apremiados a poseer lo mejor o lo último.
  • Bienaventurados los que encuentran su mejor placer en el amor mutuo a la familia y a los amigos y no sienten necesidad de ser superiores (o pretender serlo). La paz reina en esa casa.
  • Bienaventurados los que reprimen su apetito de cosas superfluas, para poder así tener más que compartir con los menos afortunados.

Cosas, personas, trabajo y descanso

El desprendimiento, o la pobreza de espíritu, es la virtud por la que vemos todas las cosas creadas en relación a Dios. Todo lo que contribuye a acercarnos más a Él es bueno. Todo lo que sea un obstáculo para ese acercamiento es malo.

El término «cosas creadas» se refiere también a las personas. Es posible, por ejemplo, cultivar una amistad que nos aparte de Dios o que nos debilite espiritualmente. «Cosas» incluiría, asimismo, al trabajo y al descanso. Un hombre o una mujer pueden estar tan metidos en un trabajo, un deporte o un «hobby», que le lleve a descuidar sus responsabilidades familiares y sus deberes religiosos

Hay muy pocas cosas que, por su naturaleza, sean buenas o malas. Ordinariamente, es el uso que hacemos de ellas lo que determina su calificación moral. El ideal sería que todas las cosas de la vida tuvieran a Dios como último fin. Cualquier descanso o placer que vaya en contra de este propósito será, simplemente, equivocado.

De todas formas, nos encontramos continuamente con elecciones en las que el uso o no-uso de determinadas cosas parece indiferente. Nuestra decisión no será beneficiosa ni dañina para nosotros ni para los demás. En esos casos somos libres de hacer lo que prefiramos. Todo lo que Dios ha hecho es bueno, y a Dios le gusta que disfrutemos de sus dones creados. El apreciar la bondad de Dios y agradecerla es parte del honor que le damos.

Muestra de nuestro amor de Dios

Existe un peligro al que nos exponemos cuando intentamos crecer en esta virtud: es la tentación de considerarnos el modelo de nuestro prójimo. Hemos adquirido un cierto grado de humildad. Quizá hemos dejado el tabaco, o el alcohol, o alguna otra compensación o lujo. Nos sentimos tentados, por ello, a mirar con piedad, si no con desprecio, a los que son menos ascetas que nosotros. Podemos incluso tratar de imponerles nuestras propias reglas.

El desprendimiento es eso: muestra de nuestro amor de Dios. Manifiesta un amor de Dios que va más allá del mínimo que supone abstenerse del pecado grave. Cuando crecemos en amor de Dios, crecemos necesariamente en espíritu de desprendimiento

Resulta evidente que el desprendimiento deja de ser una virtud si da muerte a la humildad y a la caridad fraterna. El verdadero santo, duro consigo mismo, siempre es comprensivo y paciente con la debilidad de los demás. El pseudo-santo, en cambio, exige de los demás y los critica. El amor de Dios nunca lleva a ofender al prójimo.

Como la mortificación, el desprendimiento es una virtud para practicar en todo tiempo. Unos pocos minutos de serena reflexión con nuestra mirada en el crucifijo pueden hacer que nos sintamos avergonzados de la escala de valores que nos hemos construido. Pueden incluso llevarnos a renovar nuestra lista personal de deseos y objetivos.

Algunas preguntas que pueden ayudarnos

  • ¿Amo la pobreza cristiana? ¿Pongo mi corazón en Dios y estoy desapegado, interiormente, de todo lo demás?
  • ¿Estoy habitualmente inquieto pensando en cosas que no poseo?
  • ¿Estoy dispuesto a renunciar, para servir mejor a Dios, a mis comodidades actuales?
  • ¿Poseo cosas superfluas? ¿Realizo gastos no necesarios?
  • ¿Me dejo conquistar por el ansia del consumismo?
  • ¿Hago lo posible para vivir los momentos de descanso y de vacaciones con sobriedad?
  • ¿Cuido las cosas que poseo, venciendo la pereza, para que duren más?
  • ¿Doy gracias a Dios con frecuencia por los bienes que me ha dado?
  • ¿Me doy cuenta de que la verdadera limosna me debe costar de verdad?
  • ¿Pienso frecuentemente las palabras de la Escritura: Sin nada vinimos a este mundo y sin nada nos iremos de él?

Fuente: Leo J. Trese, Puedes volar como las águilas


Enviar comentarios

 

 

Espíritu Santo Iglesia Jesucristo Juan Pablo II Magisterio de la Iglesia Misa Romano Pontífice Virgen aborto abuso adicción adoración afectividad agnosticismo alegría amar amistad amor amor a Dios amor de Dios ansiedad anticoncepción apostolado arrepentimiento atentado ateísmo autenticidad avaricia ayuno bautismo bioética budismo calumnia cancer caridad cariño carácter castidad catequesis catástrofe celibato cielo ciencia ciudadanía clonación coherencia comprensión compromiso comunicación comunismo comunión de los santos comunión sacramental conciencia confesión confianza conocimiento propio consejo contemplación conversión convivencia corredentores corrupción creación creer crisis cruz cuaresma cuidados paliativos cultura curación deber debilidad humana demonio depresión descanso desprendimiento dificultades dignidad dirección espiritual divorcio dolor drogas educación egoísmo ejemplaridad embriones enfermedad entrega esperanza estudios eternidad eucaristía eutanasia evangelio evangelización evolución examen de conciencia existencia de Dios exorcismo expectativas familia fe fecundidad felicidad feminismo formación doctrinal fortaleza fracaso generosidad género hedonismo heroísmo heterosexualidad hijos hinduísmo humildad in vitro infancia injusticia intelectual intolerancia islam judaísmo justicia laicos libertad limosna lucha ascética mal mansedumbre martirio masonería materialismo matrimonio milagro misericordia divina moda moral cristiana muerte música noviazgo obras misericordia odio olvido de sí optimismo oración paciencia paz pecado penitencia perdón pereza persecución pesimismo piedad pobreza política pornografía presencia de Dios protestantismo providencia divina psicología recogimiento redención regreso católico relativismo responsabilidad sabiduría sacerdote sacramentos sagrada escritura santidad secuestro sentido vida serenidad servicio sexualidad sida silencio sinceridad soberbia sociedad civil soledad tecnología temor de Dios templanza teología tolerancia trabajo trinidad tristeza unción de enfermos unidad valentía verdad vida interior vida religiosa vientres de alquiler violación violencia virginidad virtudes vocación voluntad voluntad de Dios xenofobia yoga