Giacomo Celentano, cantante, escapó de una depresión por su reencuentro con Dios

El reencuentro con Dios fue la palanca que rescató a Giacomo del abismo personal en el que se encontraba

La Virgen María fue clave en la redención personal de un cantante italiano que lleva la música en la sangre: Giacomo Celentano, cuya historia recoge Cari Filii News:

Giacomo Celentano (1966) es hijo de Adriano Celentano, uno de los grandes de la música en Italia de los años 70 y cuyas canciones como Azzurro se cantaron por todo el mundo. Siguiendo los pasos de su padre, Giacomo también empezó en el mundo de la música y apuntaba lejos pero pronto ocurrió algo que le cambió la vida para siempre aunque Dios luego le dio el ciento por uno.

Ahora  este cantautor cristiano acaba de publicar el libro I tempi di Maria, un libro en el que hace un recorrido por su vida y su familia a través de los ojos de la fe. El texto es un canto de alabanza a Dios pero especialmente a la Virgen María, con el que Celentano tuvo un fuerte encuentro a los 30 años.

La Virgen supuso para él el culmen de su conversión iniciada varios años antes tras una enfermedad que le dejó solo. Esta travesía le llevó a la Iglesia, donde descubrió a María y de la cual ahora ya no puede separarse.

Un joven "niño de papá" que tenía todo

Todo comenzó en 1990 cuando Giacomo empezaba su carrera musical como cantante y compositor.

En el libro Giacomo él mismo relata cómo en ese momento lo tenía todo, “dinero, juventud, novia, amigos, mi familia, coche, iba de noche a las discoteca. En resumen, yo era el clásico niño de papá… Una cosa me faltaba pero no lo tenía porque estaba demasiado envuelto en mi mismo, Dios”.

La depresión que no le dejaba respirar

Giacomo continua su relato afirmando que “el hecho es que una noche de septiembre, cuando estaba a punto de irme a dormir, de repente me sentí enfermo” y no podía respirar. “En el corazón de la noche me di cuenta de que algo grave había sucedido dentro de mí pero no sabía qué".

De repente su capacidad torácica se había recudido a la mitad y respiraba como un anciano de 90 años. “De un tipo deportivo, lleno de vida, de aficiones, en pocos días me convertí en un vegetal que no salía de casa, no quedaba con los amigos…”.

Le llevaron a varios médicos y todos le decían que estaba bien de salud pero él seguía sin poder respirar y se fue encerrando en sí mismo al sentirse incomprendido. “En pocos meses perdí casi todo: amigos, novia, el trabajo pues la primera consecuencia de esta enfermedad era que no podía cantar”, cuenta. Se encontró solo con una enfermedad que tenía nombre: depresión profunda.

El fuerte encuentro con Dios

Él habla de “tierra quemada” a su alrededor, de un desierto en el que Dios quiso encontrarse con él para que le reconociera como su Padre y él se supiese su hijo.

“Dios había permitido la enfermedad porque sabía que sólo de esta manera, habiendo hecho tierra quemada alrededor de mí, yo, como su hijo pródigo, podía regresar a él. Y así sucedió”.

Su amor a la Virgen

Así fue como descubrió la fe. Se aferró a la fe así como los sacramentos.  Y casi a la vez que conoció a Katia, la que hoy es su esposa y madre de su hijo Samuel, también Giacomo descubrió a la Virgen María.

“Yo sólo fui capaz de descubrir a mi Madre Celestial más tarde, en la edad adulta, a los 30 años. Un día un amigo mío, Roberto Bignoli, cantante cristiano y compositor, me dijo: ‘Giacomo, ¿por qué no vamos a Schio, en el Veneto?; allí, en un pequeño pueblo llamado San Martino se aparece la Virgen’ (estas apariciones no han sido aprobada por la Iglesia n.d.a.). No perdí la oportunidad y fuimos de inmediato todos juntos: yo, Roberto, Katia, entonces todavía mi novia y Paolo. Es un lugar extraordinario (…) Una vez allí respiré un aire diferente de inmediato y experimente paz. Entonces recibí una señal casi de inmediato: en algunos lugares, como por ejemplo cerca de la fuente que se encuentra a medio camino en el Via Crucis, percibí un dulce aroma de rosas, que de acuerdo con la gente del lugar es una de las señales más frecuentes que la Virgen envía a los peregrinos”.

Su amor a la Virgen le ayudó a ser casto en su noviazgo durante los cinco años que duró y fue el camino para seguir enamorándose más de Cristo. La fe le ayudó a salir de sí mismo y también a salir de esa enfermedad, que en realidad fue, según él, un regalo de Dios.

Su experiencia en Medjugorje

En una entrevista, Giacomo ahondaba en su experiencia en Medjugorje. “Estuve en 2010 con un grupo de amigos. Viví un momento muy emotivo, cuando en la noche, fuimos al monte de la aparición, me arrodillé delante de la estatua de la Dama blanca, y empecé a orar fervientemente. Luego vinieron otros peregrinos, nos tomamos de la mano y comenzamos a orar juntos. Fue realmente un momento muy hermoso. (…) En Medjugorje se descubre a María como madre, y allí la Reina de la Paz es esencialmente una maestra de oración”.

Y María le ha enseñado a amar. Por ello, Giacomo Celentano afirma que da “gracias al Señor por darme esta familia que, a pesar de sus limitaciones y pecados, trata de vivir el Evangelio en la vida cotidiana. Yo, por mi parte, puedo decir que he encontrado a Jesús en los ojos de mi esposa Katia, y que mi encuentro con el Señor puede resumirse en la parábola de la oveja perdida. Es decir, Jesús en mi momento de máxima confusión y oscuridad vino a buscarme, me encontró. Me cargó sobre sus hombros. Jesús  es el verdadero médico de cuerpo y alma”. ReL te regala todos los días un trozo de Cielo… pero necesitamos tu ayuda para seguir haciéndolo

religionenlibertad.com 11 marzo 2017


Enviar comentarios

 

 

Espíritu Santo Iglesia Jesucristo Juan Pablo II Magisterio de la Iglesia Misa Romano Pontífice Virgen aborto abuso adicción adoración afectividad agnosticismo alegría amar amistad amor amor a Dios amor de Dios ansiedad anticoncepción apostolado arrepentimiento atentado ateísmo autenticidad avaricia ayuno bautismo bioética budismo calumnia cancer caridad cariño carácter castidad catequesis catástrofe celibato cielo ciencia ciudadanía clonación coherencia comprensión compromiso comunicación comunismo comunión de los santos comunión sacramental conciencia confesión confianza conocimiento propio consejo contemplación conversión convivencia corredentores corrupción creación creer crisis cruz cuaresma cuidados paliativos cultura curación deber debilidad humana demonio depresión descanso desprendimiento dificultades dignidad dirección espiritual divorcio dolor drogas educación egoísmo ejemplaridad embriones enfermedad entrega esperanza estudios eternidad eucaristía eutanasia evangelio evangelización evolución examen de conciencia existencia de Dios exorcismo expectativas familia fe fecundidad felicidad feminismo formación doctrinal fortaleza fracaso generosidad género hedonismo heroísmo heterosexualidad hijos hinduísmo humildad in vitro infancia injusticia intelectual intolerancia islam judaísmo justicia laicos libertad limosna lucha ascética mal mansedumbre martirio masonería materialismo matrimonio milagro misericordia divina moda moral cristiana muerte música noviazgo obras misericordia odio olvido de sí optimismo oración paciencia paz pecado penitencia perdón pereza persecución pesimismo piedad pobreza política pornografía presencia de Dios protestantismo providencia divina psicología recogimiento redención regreso católico relativismo responsabilidad sabiduría sacerdote sacramentos sagrada escritura santidad secuestro sentido vida serenidad servicio sexualidad sida silencio sinceridad soberbia sociedad civil soledad tecnología temor de Dios templanza teología tolerancia trabajo trinidad tristeza unción de enfermos unidad valentía verdad vida interior vida religiosa vientres de alquiler violación violencia virginidad virtudes vocación voluntad voluntad de Dios xenofobia yoga